Vivo enfrente de la plaza del Dos de Mayo. Cuando se aprobó la ley antibotellón, todo el barrio respiró aliviado. Veíamos a la policía tomar la plaza y aledaños y nos sentíamos protegidos..., pero la policía ya no viene todos los fines de semana y hemos vuelto a ser invadidos por los vándalos.
De vez en vez viene una avanzadilla, y ya, anoche, volvieron las hordas en todo su apogeo. Tuvimos que soportar los aullidos de esas hienas alcoholizadas debajo de nuestras ventanas. Esta mañana los vecinos hemos contemplado atónitos, furibundos y asqueados el destrozo y la devastación en que convierten nuestro barrio. Señor Gallardón: ¿cuándo va a hacer que se respete la ley en esta ciudad? ¿O es que sólo es alcalde para subir el IBI y demás impuestos?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 3 de noviembre de 2004