La Cámara de los Comunes rechazó ayer por 424 votos contra 75 una enmienda al proyecto de la ley de la llamada ley del Niño que pretendía prohibir cualquier tipo de bofetada a los niños. La nueva ley consagra el principio, ampliamente extendido en la sociedad británica, de que los padres pueden aplicar el castigo físico a sus hijos siempre y cuando ello se inscriba en un marco de disciplina y se haga con moderación.
La cámara baja británica sí aprobó una enmienda introducida anteriormente por la Cámara de los Lores para prohibir aquellos bofetones y castigos físicos que puedan dejar marcas o escaldar la piel de los niños.
La propuesta de prohibición total estaba patrocinada por el presidente de la comisión de Salud de los Comunes, el laborista David Hinchliffe, que considera que la cuestión del castigo corporal, incluido el bofetón, "es un asunto de derechos humanos". Sin embargo, el Gobierno se opuso a la enmienda con el argumento de que la solución de compromiso finalmente adoptada "es de sentido común". "Y hablo como padre más que como político", afirmó la semana pasada al referirse a este asunto en la tradicional sesión de control de los miércoles.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 3 de noviembre de 2004