El aclamado guitarrista Eric Clapton dio ayer la espalda a su antigua "vena rebelde" y aceptó ser investido comandante de la Orden del Imperio Británico por la princesa Ana, hija de la reina Isabel II, en el palacio de Buckingham. El músico, de 59 años y conocido como "Mano lenta" por su particular estilo al tocar las cuerdas de la guitarra, describió el galardón como "la guinda del pastel" de su brillante carrera.
Tras la ceremonia de investidura, Clapton dijo que el premio no sólo es un reconocimiento de su trayectoria musical, sino también de su trabajo en apoyo de programas de rehabilitación por causa del alcohol y las drogas. Además, el autor de canciones tan famosas como Layla afirmó que se sentía orgulloso de haber "crecido", pues en su juventud "rebelde" seguramente hubiera rechazado este tipo de galardones. "Yo iba contra el poder establecido". "Recuerdo cuando los Beatles lo rechazaron [una condecoración similar en 1965]. En un momento de mi vida, posiblemente me hubiera identificado con eso, pero ahora no", agregó Clapton, que ve el título como "un reconocimiento a la tenacidad".
El guitarrista, que ya en 1994 fue investido oficial de la Orden del Imperio Británico, un galardón inferior al recibido ayer, apuntó que la condecoración también es una cierta "afirmación" de sus ideas monárquicas. "Soy un verdadero monárquico. Tengo un gran respeto por la familia real", confesó el músico, acompañado en la ceremonia por su esposa, Melia McEnery, con quien se casó hace dos años y que está embarazada del tercer hijo de la pareja.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 4 de noviembre de 2004