La defensa de Juan Miguel Cerrillo, único acusado de la muerte y violación en el año 2001 de la niña de nueve años de Salou Tamara Navas, cambió ayer su petición de pena y pasó de la libre absolución con la que comenzó el juicio a solicitar tres años de prisión por un delito de encubrimiento. Así acabó ayer en la Audiencia de Tarragona uno de los juicios que han levantado más expectación en los últimos años, en el que Cerrillo se enfrenta a una pena de 18 años de cárcel por asesinato y 14 por violación.
El jurado popular debe dar su veredicto en 48 horas y, tal como ha transcurrido el juicio, todo hacer prever que su deliberación agotará el plazo para pronunciarse sobre si Cerrillo es el autor de las violaciones que terminaron con la vida de Tamara.
En su alegato final, la fiscalía y las acusaciones -la familia y el Ayuntamiento de Salou- sostuvieron que Cerrillo habló con la niña en la mañana del 3 de marzo de 2001 y la convenció para verse por la tarde. Ambos fueron a casa de Cerrillo, y allí la habría atado a la cama y sometido a agresiones sexuales que le causaron la muerte.
En cambio, según la defensa, Cerrillo es víctima de una tercera persona, autora de las agresiones, que se aprovechó del alcoholismo y la drogadicción del acusado para inculparle.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 4 de noviembre de 2004