Una persona de raza blanca, casada, religiosa y que reside en el ámbito rural. Una persona que adora a su candidato, que está convencida de que el presidente George W. Bush es un "líder fuerte" y que ha decidido su voto teniendo en cuenta los valores morales del aspirante y la cuestión de la seguridad nacional, es decir, del terrorismo. Éste es el perfil medio del votante que el martes impulsó a Bush a la reelección. Según una encuesta a pie de urna publicada ayer por el diario The New York Times, el mandatario disfruta del apoyo de hombres y mujeres por igual (50%), a diferencia de su contrincante demócrata, John Kerry, que goza de mayor respaldo entre las mujeres (58%) que entre los hombres (42%). Pero esta diferencia es nimia si se compara con los apoyos que recaban ambos políticos entre los diferentes grupos étnicos.
El 88% de los votantes de Bush son de raza blanca, frente al 66% que cosecha Kerry en este estrato social. El 54% de los blancos se inclinaron por el republicano. Unos márgenes que crecen sobremanera cuando se observa adónde se ha dirigido el voto de los negros, que representan el 13% del censo electoral. Sólo dos de cada cien papeletas logradas por el actual presidente fueron rellenadas por afroamericanos. En el caso de Kerry, el 20% de sus votantes pertenecen a esta raza.
La campaña masiva efectuada por los demócratas para que los negros acudieran a registrarse para después poder votar, especialmente en Pensilvania, se ha visto contrarrestada por el aumento del voto republicano en las áreas rurales del Medio Oeste. Y aunque las encuestas previas a los comicios mostraban que el presidente iba a doblar la cantidad de votos recabados entre los negros, nueve de cada diez de sus sufragios se han dirigido al aspirante derrotado.
Entre los latinos, ya la primera minoría de Estados Unidos, las diferencias se aminoran. Uno de cada diez votantes de Kerry es latino. En el caso de Bush, el porcentaje sólo llega al 7%. Con los asiáticos sucede algo similar. Kerry consigue el 2% de sus sufragios en esta capa social. Y Bush, el 1%.
El conservadurismo del votante medio del presidente también se pone de relieve al observar su estado civil. Mientras el 55% de los partidarios de Kerry está casado, en el supuesto de Bush el porcentaje se eleva hasta el 70%. Y más aún cuando se analiza la tendencia religiosa del elector. Según otro sondeo difundido por Los Angeles Times, Bush logró hacerse con el 70% de los votos de las personas que acuden a la iglesia una o más veces por semana. Kerry consiguió atraer al 60% de las votantes que acuden a servicios religiosos con menor frecuencia o nunca.
Los más jóvenes
Entre las personas comprendidas entre los 18 y los 29 años, era Kerry quien aventajaba en 13 puntos porcentuales, según la encuesta publicada por The New York Times, al político tejano.
Otro detalle que revela la encuesta del diario californiano es que el elector de Bush es más fiel y tenía decidida su opción desde hace semanas. No parece que la aparición pública de Osama Bin Laden a escasas horas de abrirse las urnas haya tenido gran importancia. A la pregunta de cuándo decidió su voto, el 60% de los seguidores del presidente aseguran que lo "sabían desde siempre". Sólo el 34% de los partidarios de Kerry hacen esta afirmación. El 56% de los consultados que dieron su voto al candidato demócrata aseguran que tomaron su decisión justo antes del fin de semana anterior a los comicios. Además, muchos votaron a Kerry por una actitud de rechazo al presidente Bush (45%), mientras que los republicanos que aseguran que acudieron a las urnas para votar contra Kerry sólo alcanza el 17%. Y es que sólo el 55% de los encuestados demócratas afirmaban que les gustaba su candidato.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 4 de noviembre de 2004