El fantasma de la incertidumbre de los resultados de 2000 se asomó ayer en los editoriales de los periódicos de Estados Unidos. Aunque la mayoría subrayó la ligera ventaja del presidente, George W. Bush, nadie se atrevió en sus primeras ediciones a darle por ganador. La preocupación compartida era que no se reconociera la legitimidad de los resultados. Los principales periódicos pidieron al ganador un esfuerzo por cicatrizar heridas y recuperar la unidad.
The New York Times, que había sido de los primeros en apostar por el demócrata John Kerry, subrayaba en su editorial de ayer, "Esperando a un presidente", que cuando se anuncie oficialmente un ganador es importante "que todo el país le acepte". "Ya hemos tenido bastante rencor por una temporada y nuestra mayor esperanza ahora es que al próximo presidente se le vea como líder de todo el país".
The Washington Post recalcó en su edición de ayer que el presidente ganaba en voto popular y se acercaba a la reelección. Pese a reconocer el derecho de Kerry a exigir el recuento de todos los votos antes de aceptar su derrota, dejaba también claro que la incertidumbre en Ohio, el Estado al que se aferraban los demócratas para darle la vuelta al resultado, estaba lejos de ofrecer una "duda razonable". El presitigioso periódico exigía al nuevo presidente una política de mano tendida y buena voluntad y al perdedor la máxima "determinación para ayudarle a gobernar" como requisitos indispensables para que Estados Unidos tenga "el fuerte liderazgo presidencial que necesita".
También Los Ángeles Times, en su editorial "Y el ganador es..." daba como probable vencedor a Bush y le recordaba unas palabras que pronunció tras los comicios de 2000, cuando prometió modificar el tono excesivamente partidista en Washington. Ese discurso, afirma el rotativo, merece ser recuperado porque nunca se cumplió.
El USA Today mostró una gran preocupación por la posibilidad de que los comicios, por su incertidumbre, fueran una secuela de 2000. "¿Y si se repite la pesadilla de 2000?", se preguntaba el periódico de mayor tirada del país, muy preocupado por el "daño" que podía producirse a las instituciones en el caso de que las "maniobras legales" empiecen a parecerse a "un intento para robar las elecciones".
Desde Massachusets, el Estado de Kerry, The Boston Globe expresaba desazón en el sistema electoral, sin entrar analizar quién ganaba y qué retos afronta. "El Colegio Electoral no sirve a una América moderna", concluye el periódico en el editorial "Las demandas de democracia". La tesis es muy similar a la del parisino Le Monde, que tituló su editorial "Arcaismo electoral".
La conclusión contraria de la jornada del domingo sacaba en cambio el Houston Chronicle, el periódico con más circulación de Tejas, el Estado de donde procede el presidente, George W. Bush. Bajo el título "Democracia revivida", el diario editorializó que con independencia del ganador final, "el masivo incremento de la participación demostró cómo funciona una democracia vigorosa".
La mayoría de periódicos, incluso los que apoyaban a Bush, fueron muy cautos a la hora de anunciar un ganador en sus ediciones del miércoles. En Ohio nadie se arriesgó: "¡Película de suspense!", tituló The Colombus Dispatch. Por su parte, Akron Beacon Journal y The Plain Dealer coincidieron: "Todo depende de Ohio".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 4 de noviembre de 2004