El ex novio y un amigo de Sara Alonso, la joven de 24 años que desapareció en septiembre y cuyo cadáver fue hallado el 9 de octubre en Vigo, fueron detenidos el jueves. La titular del Juzgado número 3 de Vigo decretó ayer prisión para Marcos Antonio da Silva, amigo de la víctima, mientras que el otro arrestado en relación con este caso, el ex novio de Santos, Enrique Mara, continuaba anoche prestando declaración en las dependencias de la comisaría de Vigo.
El traslado de Da Silva a la prisión de A Lama (Pontevedra) estaba previsto para anoche.
El ex novio, Enrique Mara, de 29 años, llegó a presentar una denuncia por la desaparición de la joven y fue quien reconoció su cadáver; el amigo, Marcos Antonio da Silva, de 26 años, declaró ante la policía como la última persona que la vio con vida.
Sara Alonso, que trabajaba como camarera en una cafetería, desapareció la madrugada del 18 de septiembre sin dejar rastro. A los amigos con los que estaba les sorprendió que no se despidiera si es que se había ido para casa. Da Silva aseguró haberla visto comprando tabaco en la máquina de un pub de la zona, con mucho movimiento a esas horas. La joven, según sus amigos, no se subía a un coche con extraños, y tampoco la policía pudo comprobar que hubiera tomado ningún taxi para regresar a su domicilio.
El cadáver de Sara Alonso fue hallado varias semanas después, en una finca próxima a Cabo Estai y al Centro Oceanográfico, donde Da Silva, actualmente camarero, había trabajado como alimentador de peces.
Entierro
Enrique Mara fue el único que inicialmente pudo identificar el cuerpo, dado su avanzado estado de descomposición. No se apreciaron en él señales de violencia y se atribuyeron sus ataduras a la busca de facilidades para, una vez muerta, moverla como un fardo. Mara lo identificó por un anillo que aún conservaba en uno de sus dedos. Este hombre había vivido con la muchacha durante tres años, hasta julio pasado, en Ponteareas, donde sigue domiciliado. A raíz de la desaparición de Sara, denunció oficialmente el hecho ante la policía.
La joven fue enterrada ayer mismo en As Neves, tras autorizarlo la madre, que sólo creyó que se tratara de su hija una vez lo confirmaron las pruebas de ADN. Centenares de vecinos acompañaron a los familiares y amigos. El féretro fue recibido con aplausos y carteles en los que se reclamaba "justicia" en la resolución del caso.
El subdelegado del Gobierno de Pontevedra, Delfín Fernández, aseguró que la policía implica a los dos detenidos en el crimen tras "un trabajo muy riguroso" que reúne "pruebas sólidas".
Recientemente un joven vigués con problemas psiquiátricos se autoinculpó de la muerte de Sara Alonso. Tras prestar declaración, la juez decidió su ingreso en un centro para recibir tratamiento.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 6 de noviembre de 2004