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EL ESTADO DEL PATRIMONIO URBANO | Monumentos para visitar y olvidar

Movida nocturna en la Plaza de España

Sevilla
Problemas de competencias entre administraciones, falta de civismo de los ciudadanos o inexistencia de un plan director forman un cóctel muy común que hace que el estado de conservación de los principales monumentos de las ocho capitales andaluzas y su entorno esté lejos de la perfección. A excepción de la Alhambra, los monumentos emblemáticos analizados en cada ciudad presentan signos de dejadez y suciedad, que transmiten una sensación de descuido a los turistas que se acercan a conocerlos. La Plaza de España, en Sevilla, el monumento a la primera Constitución de Cádiz o el castillo de Santa Catalina, en Jaén, por ejemplo, sufren la presencia de basura y de restos del botellón.

Tres de los monumentos más visitados de Sevilla, la Catedral, la Torre del Oro y la Plaza de España están sometidos a obras de restauración, lo que habla a favor de la labor de conservación del patrimonio de la ciudad, aunque condiciona la imagen que los turistas se llevan de ellos. Pero en el caso de la Plaza de España, el efecto de los trabajos se agrava por la movida juvenil.

El canal que rodea la plaza está vacío de agua porque los encargados de las obras necesitan trabajar desde dentro. Tras las noches de botellón, amanece lleno de cristales y plásticos, que rara vez se retiran antes de que lleguen los turistas del día siguiente. Según la delegada municipal de Hacienda, Inmaculada Muñoz, a cuyo departamento corresponden las obras, la empresa que realiza los trabajos limpia sus residuos, pero los efectos de la movida no son de su competencia. Por ello, el Ayuntamiento ha instado a la empresa pública de limpieza (Lipasam) a que incluya el monumento en el dispositivo especial que cada fin de semana elimina los restos de la movida.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 7 de noviembre de 2004