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EL ESTADO DEL PATRIMONIO URBANO | Monumentos para visitar y olvidar

Una fortaleza del siglo X visible pero olvidada

Almería
Problemas de competencias entre administraciones, falta de civismo de los ciudadanos o inexistencia de un plan director forman un cóctel muy común que hace que el estado de conservación de los principales monumentos de las ocho capitales andaluzas y su entorno esté lejos de la perfección. A excepción de la Alhambra, los monumentos emblemáticos analizados en cada ciudad presentan signos de dejadez y suciedad, que transmiten una sensación de descuido a los turistas que se acercan a conocerlos. La Plaza de España, en Sevilla, el monumento a la primera Constitución de Cádiz o el castillo de Santa Catalina, en Jaén, por ejemplo, sufren la presencia de basura y de restos del botellón.

La Alcazaba de Almería es el monumento más importante de la ciudad y también el más olvidado. Erigida en el cerro, la fortaleza, construida en el año 955 por Abderramán III, es la segunda más importante de España tras la Alhambra, aunque se percibe hoy día como un gran vacío.

No existen aparcamientos habilitados, ni carteles explicativos de las partes que conforman la ciudadela, ni un pequeño museo con los restos hallados en su interior. No hay centro interpretativo del monumento ni libro acerca de la fortaleza en la pequeña tienda con la que cuenta. La muralla Sur presenta una gran mancha de humedad, visible desde la carretera. Por su proximidad a barrios marginales, pueden verse chabolas a los pies de la fortaleza, escombreras y focos de basuras.

La administración del monumento recae sobre la Consejería de Cultura, a la que se achaca la falta de un plan director del conjunto monumental. Además, un contencioso entre administraciones mantiene en total abandono la muralla de Jairán, uno de los lienzos más importantes de España.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 7 de noviembre de 2004