No quiero elegir entre lo malo y lo peor. Me niego a entrar en el juego de valorar como malo a Bush y como bueno a Kerry para abonar el terreno a quienes fomentan el bipartidismo. Bush se niega a aceptar el Tribunal Penal Internacional, pero no olvidemos que Kerry tampoco lo acepta. Bush se niega a firmar el protocolo de Kioto, pero Kerry tampoco haría nada por evitar ser el país responsable del 25% de las emisiones de CO2 mundiales.
En España padecemos del mismo mal: el fomento del bipartidismo entre dos grupos que pelean por una misma bolsa reducida de votantes. Esto determina políticas muy parecidas entre el PSOE y el PP.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 7 de noviembre de 2004