Disputados diez partidos, el Barcelona juega a ritmo de récord. Los números emparentan al equipo de Rijkaard y Ronaldinho con el de Robson y Ronaldo de la temporada 1996-1997 (ocho victorias y dos empates). Entre uno y otro, sin embargo, hay una apreciable diferencia. El de antes era más productivo (33 goles a favor por 13 en contra) y el de hoy aparece más equilibrado (20 frente a 5). El tirón azulgrana ha dejado descolocado al Deportivo, abatido el pasado sábado en el Camp Nou, y desfondado al Sevilla, sorprendido ayer por el Mallorca de Cúper, un técnico que se las sabe todas cuando se trata sobre todo de anudar partidos.
No reacciona tampoco el Valencia, que sufrió una sonrojante derrota en campo del Getafe, un plantel que, por otra parte, tiene muy buen gusto por el fútbol. Nueve jornadas lleva el equipo de Ranieri sin ganar y a día de hoy la cosa se ha puesto tan fea en Mestalla que resulta difícil imaginarse al presidente pidiendo cuentas al entrenador porque el desplome ha coincidido justamente con la llegada al palco de Juan Bautista Soler.
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Frente a la negación de la mayoría de alternativas al Barça, el campeonato podría reencontrarse con el bipartidismo de tiempos pasados. En la distancia -siete puntos- el Madrid es el único que responde al líder, y de ahí que le pida día y hora. La cita del clásico será el día 20 en el Camp Nou. El Madrid ha encadenado tres victorias consecutivas con alineaciones opuestas. En Málaga presentó un equipo más convencional que de costumbre y alcanzó un triunfo incuestionable. Aunque volvió a marcar Owen y Figo no perdonó desde el punto de penalti, los futbolistas más noticiables fueron Guti, Celades o Salgado.
Pese a que todavía no ha tenido necesidad de poner el retrovisor, el barcelonismo preferiría que su compañero de viaje fuera otro equipo con menos oficio que el Madrid. A la espera de su reencuentro, a los azulgrana les espera antes el Betis y los madridistas reciben al Albacete. Para clubes fiables, entre tanto, están el Levante, que dio buena cuenta de un Athletic que se pierde cada vez que sale de San Mamés y el Espanyol, vencedor en Anoeta de una desorientada Real. Mientras, Salva evitaba la debacle del Atlético ante un crecido Zaragoza.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 8 de noviembre de 2004