En este nuevo aniversario del asesinato a manos de terroristas etarras del magistrado Jose María Lidón, vuelvo a acordarme de sus magistrales clases de Derecho Penal y de su excelente calidad humana.
Por su cercanía y bondad con quienes fuimos sus alumnos, fue uno de los profesores más votados, si no el que más, para figurar en la foto de nuestra promoción al licenciarnos.
Así, además de condenar el despreciable atentado cometido por la organización terrorista ETA que acabó con su vida, quisiera enviar un cariñoso y solidario abrazo a sus familiares y amigos.
Y mostrar mi más absoluto desprecio y firme condena al hostigamiento etarra que sufren sus compañeros, que cuentan con toda mi solidaridad y la de la gente de bien de este país, así como nuestro agradecimiento por el mantenimiento de su compromiso con la justicia, la libertad y la democracia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 8 de noviembre de 2004