No acaba de sorprenderme la agilidad con la que algunos políticos se olvidan de que su objetivo es el servicio público y buscar el bienestar de los ciudadanos.
Esos mismos que diseñaban el Plan del Gran Barajas, como posibilidad de generar desarrollo en la Comunidad de Madrid, ahora, por un cambio del Gobierno Central, deciden que no es "prioritario" hacer accesible el metro a los pasajeros de la nueva terminal de Barajas.
Incomprensible pero cierto, no será que detrás de estos existen oscuros intereses partidistas y no un concepto de atender a las necesidades públicas. Si miramos al resto de los principales aeropuertos europeos, todos se encuentran comunicados por metro. De nuevo, será Madrid el que se encuentre sin un correcto servicio de transporte público pero, eso sí, con una autopista de peaje para hacer caja.
Señores, el desarrollo regional e incluso en este caso nacional no pueden depender de las veleidades políticas. Es un tema más serio de competitividad en el tráfico aéreo mundial y, consecuentemente, de posibilidades de crecimiento económico del país.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 9 de noviembre de 2004