La Unión Europea y Japón mantuvieron ayer en Viena una tensa reunión sobre la sede del futuro reactor internacional de fusión nuclear, ITER, que terminó sin que hubiera acuerdo, según fuentes que siguen la negociación, que fracasó hace ahora casi un año. A pesar de que se esperaba que Japón se mostrara ayer receptivo a la pretensión europea de construir el reactor experimental en Cadarache (Francia), renunciando a su sede propuesta en Rokkacho a cambio de alguna concesión, la jornada terminó sin que se anunciara el acuerdo. Hoy se celebrará una segunda reunión, en presencia de los demás socios del proyecto: Estados Unidos, Rusia, China y Corea del Sur, pero no se da por segura una decisión.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 9 de noviembre de 2004