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OPINIÓN DEL LECTOR

Incivismo culé

Aparentemente, desde hace unos años el Ayuntamiento de Barcelona viene promoviendo el uso de la bicicleta, por ser éste un medio de transporte ecológico, silencioso y que contribuye a oxigenar el denso tráfico que padece la ciudad. Sin embargo, este impulso institucional adolece de unas contradicciones y unos vicios inaceptables para todo ciclista que se precie e inconcebibles en otros países. Más concretamente, me refiero a lo que acontece cada vez que el Barça disputa un partido en el Camp Nou. Algunos de sus aficionados, henchidos de incivismo y crecidos ante la inactividad sancionadora y la connivencia de la Guardia Urbana del distrito de Les Corts, invaden ufanos el carril bici y las zonas ajardinadas adyacentes en el tramo de la Diagonal que discurre entre la calle del Capità Arenas y la de Manuel Ballbé, estacionando impunemente sus vehículos. Como consecuencia de esta execrable práctica, los ciclistas nos vemos obligados sistemáticamente a abandonar el carril bici y a circular junto a los coches, con el consiguiente riesgo. Mientras tanto, el incívico conductor celebra los goles de Ronaldinho y Eto'o sabiendo que cuando concluya el partido encontrará su vehículo en el mismo lugar en el que lo estacionó.

Resulta indignante que el Ayuntamiento se muestre tan permisivo ante este tipo de conducta tan incívica y gravosa para aquellos que contribuimos a hacer de la ciudad un espacio más habitable para las personas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 10 de noviembre de 2004