Hace unos días leí las declaraciones de Kofi Annan afirmando que la intervención en Irak nunca podría considerarse estrictamente legal. Una vez producida ésta, tampoco se han encontrado armas de destrucción masiva; nadie ha constatado la presencia en Irak de Bin Laden; muchos de los que apoyaron la guerra entonces aceptan hoy que esa acción fue un tremendo error, y lo que es peor, el mundo ahora no es más seguro que antes. También leí que se han producido algunas bajas civiles entre los iraquíes, y el informe de la Facultad de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg, de Baltimore, ha desvelado que en realidad han muerto más de cien mil civiles bajo semejante acto de libertad. Sin embargo, cien mil muertos no es ningún error, simple y llanamente es un genocidio, pese a quien pese.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 10 de noviembre de 2004