Por primera vez en su historia, agentes del cuerpo de Policía Foral de Navarra están trabajando activamente y con carácter exclusivo en la investigación y lucha contra el terrorismo. El director general de Interior del Gobierno foral, Juan Ramón Rábade, ha señalado que la labor que desempeñan desde septiembre los miembros de la nueva división de información no incluyen las actuaciones contraterroristas (operaciones y detención de personas) sino la investigación activa (recogida de información, seguimientos) sobre las actividades de presuntos integrantes de organizaciones terroristas, fundamentalmente islámicas, incluyendo también a ETA.
Los agentes buscan la información sobre los sospechosos, analizan su entorno y sus actividades y elaboran informes propios que son remitidos a las fuerzas de seguridad del Estado y a los órganos judiciales. Hasta ahora, los datos que como policía de proximidad recibía la Policía Foral eran trasladados a Policía Nacional y Guardia Civil, que se encargaban de las investigaciones. La nueva división gestiona directamente la investigación.
Sus primeras actuaciones se ha centrado en la compleja red de fundamentalistas islámicos que ha utilizado Navarra como lugar de encuentro y residencia, según han podido determinar las investigaciones sobre los responsables de los atentados del 11-M en Madrid y el 11-S en Estados Unidos. Las primeras seis detenciones se produjeron en 2001 en Pamplona y Cascante. Se trató de dos presuntos miembros de los Grupos Salafistas de la Predicación y el Combate. Tres de los implicados en los atentados del 11-M, Abdennabi Kounjaa, Allekema Lamari y Daoud Ouhnane, vivieron Tudela, Funes y Corella, donde la población árabe es abundante y trabaja sobre todo en tareas agrícolas. El pasado 18 de octubre volvió a ser detenido en Pamplona Madjid Sahouane, que regresó a la capital navarra tras permanecer un año en prisión. Sahouane alojó en Pamplona a Mohamed Achraf, el líder de la célula que pretendía volar la Audiencia Nacional, detenido en Suiza, que había contactado con otros supuestos activistas en Cortes y Tudela.
Los agentes de la división, cuyo número exacto no se ha dado a conocer desde el Departamento de Interior, están adscritos a la comisaría de Pamplona. Las competencias en materia antiterrorista siguen recayendo en Navarra en la Policía Nacional y la Guardia Civil, aunque la Policía Foral, que cuenta en la actualidad con 615 miembros, colabora con ambos cuerpos y les presta apoyo logístico. Está previsto que la plantilla alcance los 900 agentes en 2008.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 14 de noviembre de 2004