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OPINIÓN DEL LECTOR

Voluntad de progreso

El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y su portavoz, González Pons, saben perfectamente que valencianos y catalanes hablamos el mismo idioma.También lo sabían los líderes de la UCD valenciana de los años setenta y ochenta, y, sin embargo, no dudaron en defender lo contrario para atacar al rival político, o sea, el PSOE, y para obstaculizar la normalización de la lengua. Se inauguraba así un discurso para hooligans que apelaba a la visceralidad patriótica y renunciaba a cualquier vía racional. La polémica emponzoñó la convivencia y llenó de tensión todo lo relacionado con el valenciano.

Los años han calmado los ánimos, ciertamente, pero la lengua continúa siendo una bala en la recámara lista para ser usada en cualquier ocasión, sea para dispararla contra el oponente político, sea para desviar la atención del desbarajuste interno. El cansancio y el desaliento que el asunto produce merecen un esfuerzo por acabar con tanto desatino. Claro que, para ello, hace falta ingenio y voluntad de progreso, y no sé si ese es terreno en el que le guste jugar al PP. Puede que a Carod tampoco.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 17 de noviembre de 2004