La mujer trabajadora nunca podrá conciliar la vida familiar con la laboral mientras no exista un marco legal que proteja a la familia. Por mucho que la presidenta de la Comunidad de Madrid llene su boca de buenas intenciones y de páginas web que hablen del tema, las madres de menores o hijas de ancianos nunca podrán defender sus derechos si no hay una ley que acompañe a la intención, ya sea una ley nacional o autonómica.
El que le digan a un empresario que facilite equis cuestiones a las mujeres nunca va a dar resultados y siempre estaremos a merced de la voluntad, nunca de la ley. Si en empresas públicas de la Comunidad de Madrid sigue habiendo mujeres con hijos pequeños con horarios de 11.00 a 19.00, de 12.00 a 20.00, de 13.00 a 21.00, de 15.00 a 22.00, etcétera, como es el caso de Telemadrid, nunca habrá empresas privadas en esta Comunidad con mejores condiciones. Si Esperanza Aguirre no barre bien dentro de su casa, no va a haber empresarios que pasen la mopa en empresas privadas. Mientras sigamos bajo el yugo de la buena fe, nunca seremos trabajadoras como los trabajadores, siempre estaremos a merced de terceros y, por tanto, nunca seremos iguales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 17 de noviembre de 2004