Piara Powar, director de la campaña Kick Racism Out of Football, la camiseta antirracista que han lucido los ingleses en sus entrenamientos en España para reprochar a Luis sus comentarios sobre Henry, cree que unas declaraciones de ese estilo le habrían costado el empleo en Inglaterra. "Si Eriksson o cualquiera que sea entrenador de Inglaterra, con independencia de sus éxitos, dice algo así o es sorprendido por las cámaras diciendo algo así, sería despedido sin contemplaciones", declaró Powar a EL PAÍS. "En Gran Bretaña no podemos permitirnos que la gente que está en la cima, que tiene la responsabilidad de lanzar los mensajes, que tiene una responsabilidad de liderazgo, pueda tener ese tipo de prejuicios o utilice su lenguaje de manera que puede ser interpretada como que tiene ese tipo de prejuicios", explicó. "Todo esto es muy deprimente desde nuestro punto de vista porque en Inglaterra estamos en una situación en la que ya no ocurren estas cosas en el deporte de alto nivel. Estamos muy disgustados y muy preocupados por la situación en España y en otros sitios de Europa. Para nosotros estos hechos están relacionados con la manera en que a Luis se le ha permitido hacer unos comentarios que son muy dañinos".
La evolución de la lucha contra el racismo en el fútbol inglés se pone en evidencia al observar los objetivos actuales: aunque aún se dan casos de cánticos racistas, el debate ya no está tanto en la reacción del público hacia los jugadores de color o de otros países sino en el desfase entre el porcentaje de ciudadanos de color que hay en el Reino Unido o el número de jugadores negros o asiáticos de la liga inglesa y su participación en el mundo del fútbol o su presencia a alto nivel en los estamentos futbolísticos. Por ejemplo, el 15% de los jugadores profesionales son negros pero apenas hay entrenadores negros y directivos negros, y menos del 1% de los espectadores que acuden a los estadios son negros o asiáticos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 18 de noviembre de 2004