El registro policial en el garaje del cuñado de José Emilio Suárez Trashorras durante la Operación Pipol dio el siguiente resultado, recogido en un acta:
"Comienza el registro a las 15.30 [del 25 de julio de 2001]. Se encuentran los siguientes paquetes de hachís:
- 39 paquetes, conteniendo 4 pastillas cada uno de ellos.
- Una pastilla, y otra dividida en dos partes.
- 3 paquetes de 25 láminas cada una. Cada paquete pesa unos 5 kilogramos aproximadamente.
También se encuentran explosivos.
- 16 cartuchos de Goma 2 Eco, 26X 200, núm. cat.: 010.
- 49 detonadores eléctricos de diferentes calibres (del 1 y del 4).
- 45 detonadores eléctricos de diferentes calibres (del 1 y del 4).
El inculpado [Antonio Toro Castro] manifiesta ser suyos los paquetes de hachís, pero desconoce la procedencia y la titularidad de los explosivos, que, en todo caso, dice que no tenía conocimiento de la existencia de los mismos.
Termina el acto a las 15.50. El material incautado queda a disposición de la Policía Judicial".
Distintas fuentes han asegurado que fue a raíz de esa operación policial cuando Emilio Suárez Trashorras empezó a ser confidente del jefe de Estupefacientes de la Comisaría de Avilés, Manuel García, para asuntos relacionados con el comercio de drogas. Esa colaboración, según un informe remitido a la comisión de investigación del 11-M, permitió supuestamente el excarcelamiento de Antonio Toro Castro.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 18 de noviembre de 2004