No sabemos lo que tenemos. Recomiendo a todos realizar una visita por un hospital, cada cierto tiempo, para ver lo que hay en el mundo.
He tenido la ocasión de visitar el hospital Gregorio Marañón en su sección infantil. Impresionante el ambiente: los padres hacen una piña, y los hijos, todo un modelo de comportamiento. Las enfermeras y los médicos, cariñosos y entregados a su labor. El optimismo y buen ambiente reinante deja pasmado al más pintado.
Cuando pienso en las preocupaciones que tenemos a diario, en la mayor parte de los casos por bienes materiales, se me ponen los pelos como escarpias pensando en la cantidad de tiempo dedicado a dichas preocupaciones.
Esto hace reflexionar. Soy de la opinión de que estamos aquí para algo más que esta vida en la Tierra. La vida ha de tener algún sentido. Yo he encontrado en Dios ese sentido. Ya se sabe o "se vive como se piensa o se piensa como se vive"; está clarísimo, lo segundo amolda el pensar a la forma de vida; por tanto, es mucho más cómodo. Sólo un pero: ¡cuidado, todos nos vamos a morir algún día! Seguro que sí, aunque esperemos que sea tarde.
Por otro lado, mucho ánimo a los peques y sus familias. Estaréis presentes en mis oraciones. Un muy cordial saludo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 19 de noviembre de 2004