El presidente de la Conferencia Episcopal, cardenal Antonio María Rouco, ofreció ayer el "diálogo" y la "cooperación" de la Iglesia católica al Gobierno, con el ánimo de rebajar la "tensión en el debate político". En la apertura de la asamblea de los obispos, Rouco aseguró que "la jerarquía no busca nunca la confrontación ni la asunción de competencias que no le son propias". Afirmó que la "Iglesia respeta la independencia y la autonomía de la comunidad política" y que desea contribuir a la "comprensión mutua" y, donde sea necesario, a la "reconciliación".
Rouco, con todo, supeditó el diálogo a que "el legislador se atenga al orden moral, tan inviolable como la misma dignidad humana". En esta línea, recordó que el "diálogo verdadero es posible porque existe una Verdad (...); la Verdad sobre Dios". Así, el cardenal arremetió contra el matrimonio homosexual y calificó de "apología del delito" el debate en defensa de la eutanasia ("nos encontramos en la pendiente resbaladiza que conduce del aborto a la eutanasia"). El PSOE anunció que acepta el diálogo, pero desde la "verdad de las cosas", y recordó que "de la eutanasia sólo habla la Iglesia" y que el aborto sigue igual que en la época del Gobierno del PP.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 23 de noviembre de 2004