Es una vergüenza el estado en el que se quedan los domingos por la tarde las calles que rodean el antiguo edificio de la Tabacalera, en la glorieta de Embajadores.
A partir del mediodía, los comerciantes extienden trapos y cartones para mostrar su mercancía, que es de lo más variopinta, por llamarlo de alguna manera.
Se entremezclan vasos rotos, ropa más que vieja, electrodomésticos de dudosa procedencia, y de repente, se ve un grupo con múltiples teléfonos móviles, cámaras digitales, objetos de oro...
Invaden las aceras y los vecinos no podemos ni salir a la calle, por no comentar que nadie del barrio tiene visitas, ya que mucha gente no se atreve a venir por esta zona.
Hemos avisado en diversas ocasiones a la Policía Municipal, que dice conocer el problema, pero que no se puede hacer nada para resolverlo.
Cuando cae la tarde, viene el Selur y emplea horas en limpiar toda la mercancía que incomprensiblemente dejan tirada por todas las calles.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 25 de noviembre de 2004