No contentos con habernos negado por completo el complemento de productividad aduciendo que teníamos demora (cuando ésta se produjo por incumplimiento en los plazos acordados para aumentar la plantilla), los responsables del SAS ahora han decidido que no se cubran las ausencias, por justificadas que estén, de los trabajadores de este centro.
Como se puede leer en los folletos que entregamos y en los carteles de las salas de espera, el motivo es porque "se ha acabado el dinero". También se informa en ellos de que llevamos trabajando muchos días con una plantilla bajo mínimos y que, al ser menos, hemos suspendido los programas de salud (Niño Sano, Asma Infantil, Embarazo, Planificación Familiar, Cirugía Menor, Dolor Crónico). Por último, pedimos la colaboración de los pacientes para que esto no se vuelva a repetir, ya que tanto ellos como usuarios como nosotros que trabajamos en ello, tenemos derecho a una gestión que no tenga improvisaciones de este calibre.
Todo esto ha supuesto anular más de 200 citas programadas y 150 extracciones de sangre cada semana, pasar consultas a destajo y, en según qué casos, atender un profesional cuando tenían que atender dos. Al parecer, a los responsables del SAS todo esto les importa un pito. A pesar de que algunas de las bajas se prevén de semanas de duración, esperamos que estas medidas sean sólo momentáneas y volvamos a ser un Centro de Salud y no un ambulatorio, que es en lo que nos han vuelto a convertir.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 26 de noviembre de 2004