Parece ser que cuando los tribunales fallan contra la administración y dictaminan el pago de una sanción, dejando al descubierto una falta de voluntad por solucionar una cosa tan importante como es el derecho a una calidad de vida digna, es para felicitar por el tesón de años de lucha aquellos que podían haberlo solucionado mucho tiempo atrás. Felicitan a Pilar por su logro frente al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Esos que le han hecho sufrir durante años, seguro que mermando su salud, se atreven a sonreírle. Es de vergüenza, muchos valencianos están soportando graves problemas de convivencia incluso de afectación de la salud en muchos de nuestros barrios y es quien lo ha permitido quien debería pagar de su bolsillo esa sanción. Veríamos cómo se le borraba la sonrisilla de felicitación a quien exporta la imagen de nuestra ciudad de ficción a otros países.
Ha tenido que ser en otro país donde le han dicho, creando jurisprudencia, que se ponga manos a la obra ¡ya! Porque hasta hace poco no había ni para sonómetros para que la policía local midiera. Porque los expedientes creados por denuncias de vecinos y asociaciones vecinales están en el cajón del olvido.
A todo esto, muchos empresarios, que tienen en el ocio su profesión, ven con preocupación estos últimos acontecimientos, ya que durante años se ha permitido a otros llamados empresarios instalar sus locales incumpliendo todo lo incumplible. ¿Quién más se lo ha de decir señora alcaldesa? El Síndic de Greuges, el Tribunal Superior, o que le pongan bajo su casa un garito sin las condiciones adecuadas para que le machaquen con el pum pum de esa música estridente.
La verdad es que como dirigente vecinal no puedo quitarme de la memoria vecinos afectados por esa falta de aplicación de leyes en la defensa del derecho a la salud.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 26 de noviembre de 2004