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VISTO / OÍDO

Trueques

Se cambian votos para la Constitución europea por no decir que Aznar apoyó el golpe contra Chávez, o uno de los golpes. He aquí la política en todo su esplendor, como cuando la Reina y Él van a comer pavo de verdad al lado de Bush y Ella: se cambian risas, anécdotas, chistes para borrar la mala impresión de la retirada de los soldados españoles de Irak. No sé si el Rey se habrá reído del pavo de atrezzo, o si Bush querrá o no explicar por qué bebe sólo agua: para no volver al alcoholismo... La política, la política. El tema más curioso es éste: Zapatero quiere que haya una votación en masa para la Constitución europea; el PP no se opone, primero por razones estratégicas por las cuales tiene que ser solidario de toda Europa, para cuando vuelvan ellos. Ah, pero si el ministro de Asuntos Exteriores ha denunciado a Aznar por haber intervenido en el golpe de Estado contra nuestro visitante Chávez, Aznar puede mandar a los suyos que voten contra la Constitución para desposeer a Zapatero de esa baza ante Europa.

Cosas más tontas hemos visto en la vida, y sobre todo en la vida oficial; en la privada cada uno tiene cuidado de embrutecerse mucho. En estos casos, da un poco lo mismo. Votar la Constitución europea parece que se va a hacer sin gana, pero sin odio. Es larga, farragosa, incomprensible en cualquier idioma, lo mismo en valenciano que en catalán; está hecha para tratar de que el capitalismo europeo haga equilibrios con el de Estados Unidos, antes de que llegue China y se quede con todo. Zapatero quiere que los suyos voten la Constitución sólo para mostrar que él es el autor del europeísmo de última hora, el europeísmo que se ha negado a secundar a Estados Unidos en esta aventura universal, que tampoco va a cesar gracias a la condenada reelección de Bush. Y quiere que vote el PP porque así da la sensación de una unidad nacional que no existe.

En medio de todo esto, Moratinos y Chávez no son más que un incordio, aunque los dos tengan razón. Es verdad que Aznar apoyó el golpe de Venezuela urdido por Estados Unidos, y que los dos embajadores se fueron a felicitar al golpista, pero ganó Chávez: es verdad que es el presidente más votado en Latinoamérica y también el más amenazado. El trueque no tiene sentido. ¿Lo tiene la política?

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 26 de noviembre de 2004