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OPINIÓN DEL LECTOR

Los efectos del efecto llamada

Si es usted político, que le afectan los temas de inmigrantes, he aquí unos cuantos consejos de utilidad. Recurra siempre a la frasecita del "efecto llamada" que la población la asocia con masas de inmigrantes, como langostas que inundan la localidad, cuando hay algún que otro servicio. Por eso conviene ir cortando los servicios. Si es un albergue, tarde en abrirlo para que se larguen a otro sitio y anticipe su cierre para que no se acostumbren; eche la pelota al campo de los empresarios que tienen que alojar a sus trabajadores. Alegue que son tantos que no hay dispositivo ni presupuesto que lo soporte y, que hay mucha población con más necesidad que esos extranjeros. Déjeles más tiempo a la intemperie, robarán, se amontonarán en los portales, los dejarán sucios, se meterán con la población, se emborracharán y tendrán unas cuantas peleas, que con un poco de suerte, se saldarán con alguna victima mortal. Ha de mantener el tipo ante las críticas de la oposición y otros colectivos, puede acusarles de miserables y de aprovecharse de la miseria humana para hacer política barata. La población no tardará en pedirle a gritos tomar todas las medidas para limpiar la localidad y, ya tiene luz verde. El resto es cocer y cantar. Y para no dejar lugar a duda que usted es demócrata, comprometido y decidido para la integración de los inmigrantes; la solución es una jornadita que no cuesta mucho, unos cuantos especialistas en la materia, que hablen de las líneas maestras para conseguir una sociedad multicultural u intercultural, que hablen de futuros Planes que sustituirán a los actuales. Tendrá su foto, dará cifras inequívocas de cuantos servicios han prestado a los inmigrantes y cuanto han costado, y dirá, si hace falta, que no se puede hacer más, no por falta de voluntad sino para evitar el "efecto llamada".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 27 de noviembre de 2004