Las mismas personas que aprobaron el ingreso provisional de la selección catalana de patinaje han votado por su expulsión. ¿Con qué autoridad divina han menospreciado la dignidad de jugadores, seguidores y todo un pueblo?, ¿con qué autoridad deportiva han negado el derecho a jugar a la que posiblemente sea la mejor selección del mundo?, ¿es que no se lo ha ganado en la pista?
La diplomacia española ha actuado en Fresno mostrando sus armas más agresivas.
¿Qué pasará después de Fresno? Esta pregunta pueden hacérsela Saura y Bargalló a Maragall, quien apoyó a la selección catalana y que, por no tener, no tiene ni selección propia en el Congreso.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 27 de noviembre de 2004