La Fundació Catalana de l'Esplai está decidida a que el origen económico o social no sea una barrera para que todos los niños y jóvenes participen en sus actividades lúdico-educativas. Para ello ha puesto en marcha una campaña de captación de 15.000 socios con el objetivo de que la educación fuera del horario lectivo sea un opción al alcance de todas las familias. "Este tipo de actividades ayudan a compaginar el horario laboral de los padres con el de los hijos, colaboran en la transmisión de valores y son indispensables para integrar a niños y jóvenes en la sociedad", explica Josep Gassó, presidente de la fundación.
Ésta es la primera vez que una fundación del ámbito de la educación en el tiempo libre impulsa una campaña de esta magnitud para buscar socios. Y es que, ahora que todo el mundo tiene la educación lectiva garantizada, la no participación en actividades formativas en el tiempo de ocio por cuestiones económicas pueden ser un factor de exclusión.
La fundación, que agrupa a más de un centenar de entidades y tiene más de 30 años de experiencia, seduce cada año a más de 50.000 niños y jóvenes, que participan de sus actividades veraniegas en 250 colonias. Desde 2001, casi ha duplicado el número de trabajadores: aquel año se contrató a 786 monitores, y en 2003 a 1.409. Gassó reclama "el reconocimiento del derecho a la educación en el tiempo libre" que garantice a niños y jóvenes una formación fuera del horario escolar y un único marco legal que regule actividades como las colonias.
La entidad, además, da apoyo técnico a 1.536 asociaciones catalanas y desarrolla programas de adquisición de hábitos saludables en más de 350 escuelas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 27 de noviembre de 2004