El Real Madrid negó ayer que aficionados habituales del Fondo Sur del estadio Bernabéu estuvieran detrás de los cánticos racistas y los saludos que se produjeron el martes contrael Bayer Leverkusen en la Champions. Los hechos involucran, según las cámaras y el personal de seguridad, a "cinco individuos de nacionalidad rumana, que no son socios" y que tampoco frecuentan las gradas en los días de fútbol. Tres de los cinco participantes en la manifestación llevaban el torso desnudo y tatuado por completo con simbología nacionalsocialista. En el pecho de uno de ellos destacaba una esvástica.
El incidente racista fue hecho público por la cadena británica Sky Sports. Ni el informe policial del partido, ni el acta arbitral, ni el delegado de campo lo detectaron. La Comisión de Control y Disciplina de la UEFA resolverá el 9 de diciembre si considera culpable al club. De ser así, "y siempre en proporción al problema", el Madrid tendría más posibilidades de ser penalizado con una sanción económica que con el cierre de su estadio.
El Madrid reforzará los controles para evitar lo que consideran "un incidente minoritario" y recuerda que fue "el primer club en España" en pronunciarse contra las manifestaciones racistas en el España-Inglaterra.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 27 de noviembre de 2004