"Unanimidad aplastante". Esta imagen, con la que se abrió ayer por la mañana el congreso del PP de Baleares, sirvió casi calcada al anochecer, para definir el éxito interno de Jaume Matas. 989 delegados de los 1.010 presentes, casi el 99%, respaldaron por tercera vez su liderazgo, al frente de la única lista presentada. El ex ministro de Medio Ambiente, en 2000, y presidente autonómico balear en dos ocasiones, 1996 y 2003, reúne en la junta regional a sus fieles colaboradores, sin apenas innovaciones.
El líder del PP nacional, Mariano Rajoy, y el portavoz en el Congreso, Eduardo Zaplana, en sus intervenciones de clausura aventuraron que habrá un adelanto de las elecciones generales. "Hay un Gobierno débil, inestable, a la deriva, sin programa, ni criterio", dijo el presidente de la formación, que sentenció: "Seremos muy pronto, más pronto de lo algunos piensan, de nuevo Gobierno. Y si no, al tiempo". Zaplana auguró el avance de las comicios para reemprender "el proyecto interrumpido (del PP) por causas excepcionales". El ex presidente de la Comunidad Valenciana reseñó que la victoria del PP "no va a tardar 4 años sino bastantes menos". Jaume Matas, en sendos discursos ante el plenario, recordó las "humillaciones" e "insultos" que el PP aguantó durante el anterior Gobierno balear, encabezado por Francesc Antich del PSOE y que agrupaba a las fuerzas de la izquierda y el nacionalismo. Efectuó una apología de la sociedad civil y de la ideología liberal, que antepuso a la política de "radicalidad" de la izquierda con "tesis pesimistas y en cierto modo totalitarias".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 28 de noviembre de 2004