Los socialistas europeos exigirán a la nueva Comisión de José Manuel Durão Barroso una apuesta por las inversiones públicas y que el objetivo de solidaridad sea tan importante como el del crecimiento económico. Éste fue uno de los acuerdos de la cumbre del Partido Socialista Europeo, que se clausuró ayer en Madrid con la aprobación de una resolución de apoyo a la Constitución europea. El objetivo es animar a la participación en España -el primer país que votará el tratado en referéndum- e influir en la consulta que los socialistas franceses celebrarán el próximo día 1.
Los principales líderes del socialismo europeo -faltaban el británico Tony Blair y el alemán Gerhard Schröder, que excusaron su asistencia- dieron ayer el visto bueno a las líneas maestras de un documento coordinado por el ex comisario francés Pascal Lamy, en el que se fijan las prioridades que exigirán a la recién estrenada Comisión Barroso, en la que el centro-derecha es mayoría.
El acuerdo fue total en la filosofía que lo inspira -de corte socialdemócrata clásico-, pero, como reconoció ayer el propio Lamy, aún queda mucho por debatir respecto a las 60 propuestas concretas que plantea. Significativamente, queda por perfilar la propuesta para armonizar las bases impositivas del impuesto de sociedades, una de las armas para gobernar la deslocalización de empresas hacia los nuevos miembros de la Unión.
De este documento saldrá el manifiesto que los socialistas harán llegar a Barroso a mediados de diciembre. De su aceptación dependerá, subrayó ayer de nuevo Poul Nyrup Rasmussen, presidente del Partido Socialista Europeo, el respaldo parlamentario de los socialistas a la nueva Comisión.
Los socialistas exigen un aumento de la inversión pública como la mejor vía para estimular el crecimiento y aspiran a que la eventual revisión del Pacto de Estabilidad "fije un objetivo de déficit global", lo que aumentaría el margen de maniobra para cada uno de los países miembros y obligaría al mismo tiempo a una mayor coordinación presupuestaria entre ellos. El objetivo último de las propuestas, recalcó Lamy, es aumentar el crecimiento económico a la par que la solidaridad.
El líder del PSOE y presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, volvió a exhortar ayer a sus correligionarios a poner el máximo esfuerzo para conseguir la ratificación de la Constitución europea. "Su entusiasmo nos ha contagiado", explicó un destacado europarlamentario que asistió a la reunión a puerta cerrada.
Trinidad Jiménez, secretaria de Política Internacional del PSOE, se mostró convencida de que España dejará claro en el referéndum del 20 de febrero su "vocación europeísta". Los socialistas aprobaron una resolución de apoyo inequívoco a la Constitución. Pese a admitir que el texto "no es perfecto", considera que su aprobación "es vital" para proporcionar más y mejores empleos a los europeos, mejorar la seguridad y fortalecer el papel de Europa en el mundo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 28 de noviembre de 2004