La megafonía en muchas estaciones de metro es deficiente, no se entiende nada de las incidencias que anuncian, que, por cierto, son últimamente muy frecuentes. Es especialmente mala en las estaciones de Gregorio Marañón y Alonso Martínez.
La línea 10 que une dichas estaciones está dotada de trenes nuevos adquiridos hace poco tiempo, con bonitas pantallas en los vagones cada cinco metros, aproximadamente, pero que no sirven de nada pues están siempre apagadas o, en el mejor de los casos, dan publicidad. ¿No sería mejor avisar de las incidencias y de la prohibición de fumar en toda la red de Metro, por ejemplo?
En cualquier empresa privada, los técnicos de mantenimiento de ambos servicios, megafonía y vídeo, estarían ya en paro, así como los directivos que decidieron hacer la inversión para la compra de algo inútil.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 28 de noviembre de 2004