El Vaticano preparó la celebración hoy del día mundial contra el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH, causa del sida) afirmando que su propagación se debe a la "inmunodeficiencia moral". Se trata de una "patología del espíritu" que debe combatirse con una "correcta práctica sexual" y una "educación en valores sagrados", según palabras del papa Juan Pablo II transmitidas ayer por el cardenal Javier Lozano.
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Lozano insistió en que la forma de prevenir la expansión de la epidemia es "la observancia en la virtud de la abstinencia", aunque lo acompañó de un llamamiento para que los países pobres tengan acceso a los caros medicamentos que han conseguido frenar la enfermedad en los ricos.
Mientras, en el Ministerio de Sanidad de Madrid, políticos, expertos y ONG se reunían para tratar las formas de frenar la epidemia. El sida se feminiza, lo que obliga a cambiar las estrategias de prevención. "Proponer la abstinencia y la fidelidad es poco realista cuando la violencia está presente", dijo la ministra de Sanidad, Elena Salgado. La ministra defendió el uso del preservativo, y dijo que los obispos "siembran confusión" cuando afirman que no es seguro.
Salgado recordó que en algunos países las jóvenes casadas tienen tasas de infección más altas que las solteras. Para ellas "el matrimonio no es defensa", dijo. La ministra insistió en que la lucha no es sólo médica. "Hay que declarar la tolerancia cero ante la violencia de género y promover el sexo seguro", añadió en defensa de los condones.
Para luchar contra la infección en mujeres, la ONU ha creado la Coalición Mundial de Mujeres y Sida. Una de sus representantes, la chilena Marta Maurás, recalcó: "Hay que defender el derecho de las mujeres y niñas a recibir tratamiento". "El sida es el mayor obstáculo para el desarrollo", y la pobreza se ceba en las mujeres, expuso Teresa González, de la Plataforma de ONG Sida y Desarrollo. La secretaria de Estado de Cooperación, Leire Pajín, añadió que los programas de ayuda internacional incluirán el sida entre sus prioridades.
La más emotiva fue Montse Pineda, de la ONG Creación Positiva. "Mientras nosotras hablamos, ellas se mueren. ¿Me estáis escuchando?", espetó al auditorio. Ante el silencio incómodo, acabó: "Si me estáis escuchando, no permitáis que nos sigamos muriendo".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 1 de diciembre de 2004