La ampliación que se está efectuando en el puerto de Barcelona, que triplicará su capacidad, pretende aumentar su competitividad frente al resto de Europa y atraer el tráfico de contenedores procedentes de Asia. Pero "si el puerto crece y no se modifican las estructuras viarias y ferroviarias, los embudos serán un problema importante", explicó ayer el consejero de Obras Públicas, Joaquim Nadal. El Gobierno catalán proyecta una inversión de 6.421 millones de euros (1.134 hasta 2010 y 5.287 hasta 2020) para mejorar los accesos por carretera y tren. Un total de 4.779 millones los aportará el Ministerio de Fomento, 1.444 millones la Generalitat, 100 millones empresas privadas y 56 millones la Autoridad Portuaria de Barcelona.
El primer objetivo es que las mercancías por tren hacia el resto de Europa pasen del 6,6% actual al 30%. El plan ha sido pactado entre el Puerto, la Generalitat, el Consorcio de la Zona Franca, el Gobierno central, y los municipios de Barcelona y El Prat.
Ya está en marcha la construcción de dos vías ferroviarias de ancho europeo y dos mixtas (ancho ibérico con un tercer raíl que permite la circulación de trenes de ancho europeo). Conectarán el puerto con Francia a través de El Papiol. Joaquim Coello, presidente del Puerto, sugirió la conveniencia de crear, a largo plazo, una línea de tren de ancho europeo hasta la frontera exclusiva para mercancías. También propuso la creación de una autoridad ferroportuaria con la participación del Puerto de Barcelona y del operador estatal que, a partir del próximo enero, gestione las estructuras ferroviarias.
Las medidas para reformar las conexiones viarias representan una inversión de 4.074 millones hasta 2015. Entre ellas, destacan la ampliación de tres a cuatro carriles de la B-30 entre Cerdanyola y Granollers.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 2 de diciembre de 2004