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OPINIÓN DEL LECTOR

¿Responsable subsidiaria?

El Consejo de Gobierno de la Diputación Foral de Guipúzcoa ha aprobado recientemente un proyecto de nueva norma por la que las empresas serán responsables subsidiarias de las deudas fiscales de sus subcontratadas. Nos parece muy bien que Hacienda acometa, aun en lo más elemental, la lucha contra el fraude en las actividades empresariales y profesiones liberales, dado lo vergonzoso de lo poco que declaran y contribuyen éstos a las arcas públicas en comparación a lo que declaramos los trabajadores y trabajadoras por cuenta ajena. Por el mismo razonamiento, en el ámbito laboral la Diputación se debería de aplicar el cuento en aquellos casos donde el servicio público se presta a través de empresas privadas. La Diputación es responsable subsidiaria de las responsabilidades laborales y de la política de contratación de estas empresas.

Pero lo obvio deja de serlo cuando no interesa, y nuestro responsables políticos miran para otro lado haciéndose el longuis, como en las residencias de la tercera edad, donde algunos han encontrado su agosto a costa de unas condiciones laborales tercermundistas, y para ello nada mejor que el sometimiento y la coacción, y si hace falta, el despido. Es lo que ha ocurrido en la residencia de la tercera edad Argi Berria, sita en el barrio del Antiguo, en Donostia.

Nosotras, trabajadoras fijas -de las pocas fijas y con más antigüedad- en la residencia Argi Berria, hemos sido despedidas por querer presentarnos a las primeras elecciones sindicales por el sindicato ELA. La empresa aduce "bajo rendimiento". Cuando hemos estado día sí y día también deslomándonos en el cuidado de los aitonas y amonas, ahora resulta que de repente nos hemos vuelto perezosas. Vaya cara tienen sus mercedes.

Claro que nada de esto parece importar a la Diputación, ellos no tienen responsabilidades subsidiarias, aunque tengan plazas concertadas en la residencia Argi Berria. Y en eso estamos. Nosotras seguiremos luchando: por nuestros derechos, pero, sobre todo, por nuestra dignidad.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 2 de diciembre de 2004