Los futbolistas del Zaragoza, definitivamente, se han cansado. Ayer, después de tres meses negociando y seis reuniones con la directiva sobre las primas por objetivos que percibirán esta temporada, se dirigieron a los medios de comunicación mediante un comunicado para, entre otras cosas, mostrar su malestar con el club. En dicho comunicado, además, expresaron las medidas inmediatas, a modo de presión, que van a adoptar. De esta forma, se niegan a ir a las concentraciones previas a los partidos de casa así como acudir a los actos públicos citados por el club. La entidad -aunque ayer a última hora se reunieron durante tres horas el presidente del club, Alfonso Solans, la comisión negociadora y el cuerpo técnico-, aún no ha dado una versión oficial, por lo que la resolución final está en el aire. Hoy, no obstante, el técnico Víctor Muñoz dará, a las 10.30, una conferencia de prensa para dar su parecer.
El club ha reiterado en numerosas ocasiones que su economía es precaria -uno de los argumentos que ha utilizado para decir que no ficharán en este invierno-. Pero el dinero también ha sido el motivo de la rebelión del plantel de Víctor Muñoz. Según la plantilla, ya aceptaron, en su día, una oferta verbal "muy inferior a la vigente, dada la delicada situación económica del club". Ahora, según los jugadores, es el propio club quien esgrime unilateralmente para romper las negociaciones.
Los representantes del equipo -Cuartero, Álvaro, Movilla y Milito- comunicaron la nueva oferta, que "modifica de forma sustancial las condiciones y los preacuerdos existentes y que es perjudicial para todos los jugadores", al resto de los componentes. La respuesta ha sido una negación rotunda. Fuentes oficiales del Zaragoza, no obstante, desmintieron ayer que hayan roto unilateralmente las negociaciones. Aunque aceptaron que han cambiado la oferta de las primas; en vez de cobrar por puntos, como en la campaña anterior, los futbolistas sólo cobrarían en caso de acabar la temporada entre los diez primeros de la Liga. Víctor Muñoz, según las fuentes oficiales, ya ha decidido, en lo que es una muestra de apoyo a sus hombres, que no hará concentraciones en casa -en el próximo partido contra el Espanyol, los futbolistas llegarán con dos horas de antelación-. La polémica está servida, aunque todos quieren un acuerdo rápido.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 4 de diciembre de 2004