Inmigrantes, estudiantes y conversos son los tres principales grupos que forman la comunidad islámica de Granada, que cuenta con ocho mezquitas para cumplir con su culto. Pero de ellas, la más importante y la de mayor valor simbólico por estar instalada en el Albaicín -el barrio donde más se respira el pasado musulmán de la ciudad-, es la Mayor, un templo abierto en julio de 2003 cuyo principal promotor fue, como en Los Bermejales, el emir de Shariah.
Construir este recinto sagrado junto al mirador de San Nicolás le costó 20 años a la Comunidad Islámica de España, una organización formada principalmente por conversos españoles que se topó con las reticencias de diversos sectores de la ciudad. El solar se adquirió a mediados de los 80, pero el Ayuntamiento, en 1993, condicionó la concesión de la licencia de obras a la construcción de una maqueta del proyecto de tamaño natural para comprobar su incidencia en las vistas del barrio desde la Alhambra.
"La oposición a la mezquita que hubo entonces no se centró en el rechazo religioso sino en temas estrictamente urbanísticos", explica el presidente de la asociación de vecinos del Bajo Albaicín, Manuel Navarro. "La estructura del edificio y la altura del alminar rompían con las características estéticas del barrio, por eso se les obligó a hacer algunas modificaciones", añade. Otras instituciones como la Real Academia de Bellas Artes decidieron recurrir su construcción a los tribunales.
Hoy, la mezquita Mayor se ha convertido en un atractivo turístico más de la ciudad. Cientos de personas acuden a ella cada día atraídas por su exotismo y el espléndido panorama sobre la Alhambra que se divisa desde su jardín. Los miembros de la Comunidad Islámica de España encargados de su vigilancia la muestran a los visitantes, a los que explican su significado histórico y las actividades que se organizan en ella.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 5 de diciembre de 2004