Como ya viene siendo habitual ante los periodos de vacaciones, los sindicatos de Renfe han convocado una huelga. Nada que objetar, salvo una sugerencia. Por qué en vez de fastidiar a los trabajadores que cada día tienen que desplazarse en cercanías para llegar a sus puestos de trabajo, los sindicatos no proponen otro tipo de manifestación más efectiva frente a la empresa, como por ejemplo, dejar el acceso libre para toda la gente.
Seguro que frente a la merma de ingresos, la directiva de Renfe reaccionaria de otra forma, y más rápidamente. Otro detalle. Al parecer, la huelga fue desconvocada la noche anterior (EL PAÍS del 3 de diciembre, página 75). Pero en las estaciones de cercanías ningún empleado se dio por aludido, como tampoco ningún maquinista... Claro. Había una avería. Qué conveniente. Hoy empieza el puente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 5 de diciembre de 2004