La megafonía que hay en el interior de los vagones del metro anunciando las paradas es muy útil, pero muchas veces está a un volumen excesivo y acaba molestando. Que no pase en el metro lo que en muchas tiendas, que la música ambiental acaba siendo una tortura para las personas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 5 de diciembre de 2004