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El arzobispo de Santiago de Chile dice que los "torturadores también sufren"

Santiago de Chile

El cardenal arzobispo de Santiago de Chile, Francisco Javier Errázuriz, pidió ayer "no recriminar" a los militares que aplicaron torturas bajo la dictadura de Augusto Pinochet porque, según dijo, ellos "también están sufriendo enormemente". "Ellos también necesitan de nuestra cercanía, de nuestro apoyo", afirmó el máximo representante de la Iglesia católica chilena al término de una misa ante representantes de la comunidad palestina en memoria del fallecido líder Yasir Arafat. "Yo creo que hay que acercarse con dolor, con humildad, buscando la verdad y no caer en lo que tantas veces caemos los chilenos de recriminar a todos los demás", agregó Errázuriz.

El cardenal arzobispo de Santiago formuló sus declaraciones seis días después de la publicación del Informe sobre Prisión, Política y Tortura, referido a la práctica sistemática de la tortura bajo el régimen de Pinochet (1973-1990). El documento fue preparado por una comisión que presidió el obispo Sergio Valech, tras conocer los testimonios de más de 27.000 presos políticos que sufrieron violaciones, aplicación de electricidad, quemaduras, fusilamientos simulados y otros tormentos.

"Yo creo que eso hay que mirarlo con mucho dolor y con mucha sensibilidad, pero sacando conclusiones para el futuro y también sabiendo que en nuestra sociedad hay personas que se portaron mal en ese momento, que fueron muy duros con nuestros compatriotas y que en este momento también están sufriendo enormemente", afirmó el cardenal, en alusión a los militares.

La magnitud de la crueldad con que esas "personas" aplicaron la tortura a hombres, mujeres y niños "como política de Estado" tiene impactados a los chilenos. Las violaciones, incluso con animales, aplicación de electricidad, golpes, humillaciones y simulacros de fusilamientos se repiten con regularidad en el informe, según el cual fueron torturados el 94% de los detenidos durante los 17 años de dictadura.

Querellas

"Me obligaron a tomar drogas, sufrí violación y acoso sexual con perros; me introdujeron ratas vivas por la vagina; me obligaron a tener relaciones sexuales con mi padre y con mi hermano, que estaban detenidos, y tuve que ver y escuchar cómo eran a su vez torturados", señala el estremecedor testimonio de una de las víctimas.

Tras la difusión del informe, las Fuerzas Armadas y la policía militarizada de Carabineros admitieron la responsabilidad de sus antiguos mandos en estas violaciones de los derechos humanos.

Abogados de las víctimas, por su parte, presentaron el viernes una primera querella contra Pinochet y su ministro del Interior, Sergio Fernández, por el delito de lesa humanidad. Pinochet, de 89 años, se enfrenta a otras investigaciones judiciales, pero en julio de 2002 fue liberado de un primer proceso cuando la Corte Suprema consideró que una demencia moderada le impide defenderse ante la justicia.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 6 de diciembre de 2004