Cientos de madrileños aprovecharon ayer una jornada de sol radiante para marchar en caravana hacia el puerto nevado de Navacerrada. Se formó tal atasco que muchos optaron a medio camino por desviarse a las dehesas de Cercedilla (en la imagen), también cubiertas por el blanco manto. Niños y adultos se afanaron en moldear los primeros muñecos de nieve de la temporada.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 6 de diciembre de 2004