El Departamento de Educación del Gobierno vasco publicó la semana pasada el listado con nombre y apellidos de los 157 profesores que, con 45 y más años de edad y una media de 20 años de servicio, pierden la estabilidad laboral, o lo que es lo mismo, les dejan en la calle. Y todo por no haber aprobado en muchos de los casos el perfíl lingüístico de euskera.
Considero que Euskadi es diferente porque esta situación la han propiciado los mal llamados sindicatos ELA, STEE-EILAS y LAB, que aquí no defienden al trabajador sino un proyecto de política lingüística. Porque los líderes de partidos en defensa del trabajador y de una política social, como la señora Errazti, de EA, y el señor Madrazo, de Ezker Batua, han estampado su firma para que esto se lleve a cabo. Porque el señor Ibarretxe, que defiende en el plan que lleva su nombre que nadie va a ser discriminado por razones lingüísticas, también ha estampado su firma. Lo más curioso de este señor es que arropa a los trabajadores de La Naval, y a los suyos aún no los ha recibido, pese a haberlo solicitado hace más de siete meses. Ni él, ni ningún responsable del Departamento de Educación lo ha hecho.
Por todo ello considero que Euskadi es diferente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 6 de diciembre de 2004