El subdelegado del Gobierno, Juan María Calles, ha ordenado el establecimiento de un sistema de vigilancia en las sedes de los partidos políticos de Castellón tras el ataque sufrido el lunes por la noche por el local del PP en la capital de La Plana. El dispositivo, según fuentes de la Subdelegación, "se mantendrá el tiempo que sea necesario". En la noche del lunes, un grupo de siete u ocho jóvenes de entre 16 y 19 años, que actuaron con los rostros cubiertos, lanzó tres botellas rellenas de gasolina con mecha de tela contra el local del PP de Castellón, que en ese momento estaba cerrado y sin nadie en su interior. Uno de los cócteles molotov impactó en el interior de la sede de la agrupación y causó daños materiales de escasa consideración en una cortina y en el techo. Otra de las botellas impactó en la rueda de un vehículo estacionado frente a la sede política y la tercera, en la puerta de un garaje.
El presidente de la agrupación local del PP, Alberto Fabra, mostró su preocupación ante los hechos y calificó el ataque de "terrorismo de baja intensidad" -que el presidente provincial, Carlos Fabra, atribuyó a "personas antisociales, radicales de izquierdas y radicales de derechas". El primero dijo que Castellón es una ciudad "muy tranquila" en la que nunca se habían producido actos como este, por el que mostró su "repulsa total".
La vicesecretaria del PSPV, Isabel Escudero, manifestó la "más enérgica condena a esta acción violenta contra un partido democrático" y señaló que "la acción conjunta de todos los demócratas y todos los partidos son la vía más eficaz para erradicarlas". EU también condenó el ataque. Por su parte, el subdelegado del Gobierno condenó el ataque y aseguró que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado "pondrán todo su empeño en esclarecer la autoría".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 8 de diciembre de 2004