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EXAMEN A LA SECUNDARIA

El avance imparable de Polonia e Irlanda

No hace falta esperar una generación para mejorar de forma espectacular la calidad de la enseñanza secundaria. Así lo ha demostrado Polonia, que, junto con la también católica Irlanda, hace gala de un auténtico milagro consecuentemente registrado por los expertos en el Informe PISA 2003. Hace tres años, los resultados de los estudiantes polacos estaban en el nivel más bajo de la OCDE, junto a Italia. Ahora está por encima, superando la media, sobre todo en lectura, en el progreso más espectacular entre uno y otro informe a pesar de su modesto gasto per cápita en educación.

El secreto del éxito polaco tiene origen en la reforma educativa de 1999, tendente a hacer un seguimiento exhaustivo de los peores alumnos, con una estructura educativa mucho más integrada. Ahora, Polonia está en el grupo de los diez países que mejores resultados obtienen con respecto a su gasto per cápita. Es decir, que, al contrario que Estados Unidos, cada euro gastado aporta mucho beneficio, si bien tiene la asignatura pendiente de corregir la desigualdad social existente.

Otro caso distinto, aunque también espectacular, es el de Irlanda. Su mejora no se ha producido entre uno y otro informe, pero su progresión es constante gracias a la aplicación de la política económica más exitosa de la UE. Hace treinta años, su PIB por habitante era el 63% de la media europea. Ahora es el segundo país más rico (después de Luxemburgo) gracias a su inversión en educación e innovación. Ahora, sus alumnos logran resultados por encima de la media de la OCDE en matemáticas, ciencias y, sobre todo, lectura.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 8 de diciembre de 2004