Ayer, leyendo un artículo de Pilar Pedraza sobre Leonardo Da Vinci, me encontré con una frase atribuida al polifacético artista toscano: "Donde está el ruido, no está la ciencia". Inmediatamente me acordé de nuestra maltratada lengua, y un carrusel de nombres desfiló delante de mis ojos: González Pons, Camps, Santandreu, Barberá, Giner... Efectivamente, Leonardo era un genio (científico).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 9 de diciembre de 2004