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Kirmen Uribe convierte 'Garmendia Errege' en un canto a la amistad

El escritor prolonga las aventuras inspiradas en un personaje real

El escritor Kirmen Uribe (Ondarroa, 1970) lo tenía claro. Quería narrar para el público infantil el tipo de relato con el que él mismo disfrutaba cuando era niño, el cuento de aventuras. De ese empeño nació primero Garmendia eta Zaldun Beltza y ahora Garmendia Errege (Elkar), la historia de un personaje que realmente existió -un pastor de Ondarroa que emigró a América en busca de fortuna a finales del siglo XIX- y para el que el escritor ha inventado ahora una nueva vida.

"Garmendia Errege es un canto a la amistad y a la fidelidad bien entendida", dice Kirmen Uribe sobre su libro, que ha sido ilustrado por Mikel Valverde. "Pienso que muchas veces perdonamos poco a nuestros amigos. Todos cometemos errores y el verdadero amigo es aquel que te deja ser tú mismo", agrega.

Uribe, guionista, traductor, novelista, y, sobre todo, poeta por encima de todas las cosas, transmite ese mensaje a partir de la transformación que experimenta Garmendia al encontrar trabajo como forzudo en un circo. De la noche a la mañana, se convierte en un personaje famoso y termina perdiendo el norte, hasta que sus amigos de verdad, aquellos a los que ha denostado durante un tiempo, "se dan cuenta de la situación por la que está pasando y le ayudan a volver a su sitio", cuenta el autor.

Si el escritor presentaba al lector en Garmendia Zaldun Beltza toda una galería de personajes, en Garmendia Errege ha decidido centrarse en el protagonista. "Éste es un relato mucho más psicológico", explica. "Hablo de un personaje que cada vez me gusta más porque no es perfecto, no es un modelo a seguir, tiene defectos como las personas reales. Es el antihéroe".

Uribe cuenta la historia en forma de relato, pero a lo largo de la narración va intercalando distintos poemas de autores clásicos traducidos al euskera, en ese empeño por descubrir nuevos campos literarios a los más pequeños. "La poesía no tiene por qué dar miedo. Yo pretendo que los niños se vayan familiarizando poco a poco" con ella, apunta.

Este libro no será la última entrega de las aventuras de Garmendia, porque el escritor se divierte y se siente rejuvenecido al inventarse nuevas vidas para él. Al principio, asegura, le daba miedo la idea de enfrentarse a una serie. "Algunos opinan que una colección no es buena si el personaje no va cambiando, pero a mí eso ya no me preocupa, explica. "Mientras Garmendia me dé la libertad de pasarlo bien escribiendo, seguiré con él".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 10 de diciembre de 2004