Raquel Sola podría ser modelo, pero es lanzadora de martillo. La tercera mejor de España, aunque con 19 años todavía es promesa. La campeona de España júnior, que se entrena en Madrid, está en el equipo desde hace dos años y ya ha sido internacional. Ahora piensa irse a Estados Unidos: "Esto es muy duro. Te dejas la vida entrenándote y acabas con 23 años sin estudios ni nada". Para dar el salto confía en lograr una beca de la mano de la empresa CSA. "Todo esto es nuevo", dice la joven, hija de un atleta olímpico, qué no ha firmado aún con ninguna universidad: "Me gusta UCLA (Los Ángeles) porque es una fábrica de atletas". Sabe que para las chicas es más fácil, pues la ley estadounidense obliga a dar el mismo número de ayudas a hombres y mujeres. Lo que no sabe es cómo reaccionaría la federación española, de la que recibe una ayuda económica: "Tengo miedo a perder la beca".
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 13 de diciembre de 2004