La muerte ayer de dos personas que resultaron gravemente heridas el sábado eleva a cuatro los fallecidos de forma violenta en las últimas 24 horas por la guerra mafiosa que sacude Nápoles. En lo que va de año los asesinatos en la capital del sur de Italia y en sus alrededores se elevan a 120 y nada hace presagiar que la matanza pueda terminar pronto, pese a las especiales medidas policiales puestas en marcha por el Ministerio del Interior.
De hecho, el sábado sangriento vivido en la urbe napolitana se produjo después de las más de 700 detenciones llevadas a cabo en el último mes y de la gran redada del pasado día 7, en la que fueron arrestados 43 activistas de relieve de la Camorra.
Las dos últimas personas que han pasado a engrosar la lista de muertos en esta guerra mafiosa por el control del tráfico de drogas y de la extorsión son Ciro Scognamiglio y Massimo Marino, de 37 y 38 años, respectivamente. Unas horas antes murieron Francesco Alfieri, de 54 años, hermano del padrino histórico de la Camorra Carmine Alfieri, convertido luego en colaborador de la Justicia, y el joven de 20 años Antonio De Luise. La policía, entre tanto, ha puesto en marcha una nueva operación de control minucioso de los barrios napolitanos de Scampia, Melito y Secondiglano.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 13 de diciembre de 2004